Debido a los comentarios que han suscitado los planteamientos debatidos en las Jornadas “Catalunya per Guinea” organizadas el 11 de abril de 2011 en Barcelona por
La entidad que están adquiriendo los conflictos del norte del continente africano y las esperanzas renovadas de muchos guineanos en las riadas del cambio, están exigiendo la conversión de cada grupo de la oposición en un activo capaz se participar en el proceso de cambio del statu quo guineano. La primera conclusión, sin amargor, de reuniones como la del pasado lunes en Barcelona es que hay dirigentes y formaciones que no han oído el toque de llamada a filas. Su empeño se sitúa mas bien en la elaboración de discursos campanudos, interesados e inflamantes, en la perversión de las exigencias de los otros pueblos que componen Guinea y en el desprecio a su trabajo cotidiano para traer un amanecer en libertad, con el imperio de
La de Barcelona era una oportunidad para ir limando asperezas, con un espacio -adecuado o inadecuado- que debería ser utilizado para lograr aproximaciones al sentir de los grupos, de los pueblos, de los guineanos en su conjunto. Un pequeño laboratorio, como otros tantos que deberían abrirse, para ir fijando posiciones contra la dictadura de Obiang. En este encuentro no se previó incienso para nadie. Todos los ponentes contaron con un tiempo cronometrado para hacer sus exposiciones, participar en el debate, responder a las preguntas del público -que las hubo de toda laya- y poco más. Sin embargo, el balance escrito por alguno de los asistentes evidencia intenciones y objetivos muy distintos. Véase "La crónica de una reunión...imposible" de Severo Moto.
Los excesos antidemocráticos que inundan Guinea Ecuatorial nos fastidian a todos. A algunos más que otros, aunque esta verdad de perogrullo siga encontrando resistencias. Precisamente por esta razón, los “representantes” de grupos y pueblos -pese a quien pese- se sentaban y están obligados a sentarse para contrastar y fortalecer posiciones. La idea cardinal en este y en los futuros casos, tendrá que estar focalizada en encontrar salidas para un país colocado en
Severo Moto sigue representando un tipo de liderazgo antiguo, embutido en una deidad ficticia que le lleva a pensar que sin él y sus postulados Guinea Ecuatorial corre serios riesgo y podría dejar de existir. Al descubierto ha quedado por enésima vez, su vena autoritaria y su incapacidad para asumir responsabilidades. Grandes líderes son quienes utilizan espacios como el de Barcelona para hacer causa común, poniéndose en primera fila para lograr los objetivos pretendidos. El de Moto ha sido, como siempre, un interés egoísta, con un cuadro psicológico dominado por sus desmedidas ansias de poder. La verdad histórica, el derecho al disenso propio de los espacios democráticos nunca le interesaron, ni le interesan. Y con este imaginario ha ido perdiendo todas las oportunidades que le han sido presentadas, asignando su fracaso y el de la redención de Guinea Ecuatorial en el debe de los demás.
La retahíla de propuestas que ha seleccionado para demostrar el desnorte de los pueblos ambo, bubi y ndowe, que sepamos, no entra en colisión con ningún sistema democrático. Es decir, hablar de federación, de sistema autonómico -que él mismo asumía en su intervención- de territorialidades, de modelos asamblearios o consociativos de gestión... forman parte del elenco democrático internacional.
La pluralidad a la que recurre para “levantar Guinea Ecuatorial” no puede ser la de los miembros de una casa, de una familia y un par de amigos de su zona, a los que parece atribuir la condición de realidades nacionales. Y menos, mutatis mutandis, los gobiernos que pretendan trasvasar el foco de Mongomo a otro punto único de la geografía nacional localizado siempre en la región continental, e ignorando de paso a todos los demás colectivos de esa misma región.
Pese a todo, sería erróneo situar la reunión de Barcelona en el capítulo de los fracasos. La oposición guineana tiene muchos temas de los que discutir y en los que trabajar. Nada de lo que hace a las condiciones de vida de los guineanos debe ser ajeno a su atención. Su objetivo debe enfocarse hacia la situación de los pueblos que integran el país, aunque algunos vean en ello un proceso que alimenta solamente “obsesiones conspirativas”.
Editado y distribuido por ASODEGUE
enviado por Vilangwa
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